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Mostrando entradas de enero 9, 2019

LA PAZ INTERIOR.

Hoy tan difícil, sin embargo tan buscado inconscientemente, y cada vez más entendido cuándo se vive en la experiencia, sólo se obtiene trabajando en ello para conseguirlo, perder la, es la perdición del ser Humano y de toda Humanidad. La Paz Interior. Es esa afluencia sutil, que te permite amarte y amar a todo y a todos, ver desde la bondad  para uno mismo y para los demás, es dejarte llevar por ella, sintiéndola, observando que estamos unidos a algo muy especial, qué nos soporta, es nuestro soporte, nos entiende, desde esa bondad que somos. Y así fluimos acorde. La Paz Interior se obtiene trabajando en Ti, sólo así se logra, sabiendo cómo conseguirla y a que te tienes que avenir para obtenerla. No sólo es tu beneficio, es beneficio de todos. Cuándo la alcanzas ya no quieres soltarla. Es necesaria. La sanación en Ti, en Mi. Por Montse Cobas.

LA GRATITUD. Por Montse Cobas.

Es, la gratitud de las personas, la que nos hace movernos convenientemente, desde la serenidad, la bondad, desde el amor, la qué nos hace expandir buenamente, y así materializamos la verdadera vocación del Ser, ser desde La Luz qué somos, sin contaminaciones superfluas que no se ven, pero se pueden sentir, no dejando obrar racionalmente desde el Corazón, fluir sagrado. Gratitud, por el bien que nos hacen. O nos han hecho. Y ahí sólo obra, paz, amor espiritual, ternura, favor. Es entre el Hombre y la Mujer, esa Esencia que determina a verse desde la bondad, la alegría del espíritu, la racionalidad que obra desde la lealtad, sin buscar males mayores ni infundados, ni siquiera se piensa, es ser entre ambos la verdad. La Verdad que los une, el amor instigado que fluye, limpios de deshonestidad, sin querer mayor mal entre ellos, y dejan, y surgen, y viven, y fluyen, buscando la verdad, la verdad que urge que existe entre el Hombre y la Mujer, de siempre, esa verdad, qué vi

ES LA LLAMA DE LA VIDA. Por Montse Cobas.

Es la Llama de la Vida , esa que ésta encendida y consume todo lo anómalo, sin dejar que ésta se corrompa, crece y crece para conseguirlo, limpia y pura, transformando toda alteración energética del cuerpo físico cuándo se enfada, cuándo le envían oscuridad, cuándo llora o se lo aguanta, cuándo piensa en negativo, cuándo calla sin diluir lo callado. Es la Llama de la Vida la qué consiente la existencia, mantenerla viva, engrandecida es nuestro cometido, sin dejar qué se opaque por la sombra de la ida, esa, que se ve oscura, qué la tapa, qué crece poco a poco sino se transmuta o reduce, obligando-la al final a salir del cuerpo qué la cobijo, hiendo en busca de su verdadero hogar, allí dónde todas o casi todas van, a asentarse, a la espera de un nuevo episodio en la existencia de Ellas. Sin recuerdo, sin vilo. Por Montse Cobas.