Lidiar... Es fluir y entender nuestras emociones, ser comprensivos, con nosotros mismos y con el resto. Todos tenemos nuestros momentos, nuestras ocasiones y decepciones, nuestro propios milagros y nuestros desconciertos. Vivimos constantemente en un mundo totalmente emocional, somos emocionales, cada palabra, cada pensamiento, cada situación vivida, nos acarrea un movimiento energético, libre. Libre ha de ser. Sino es así y nos encogemos, nos estrechamos, nos tensionamos, en algún lugar permanece, no fluye. No hay soltura, y al no haberla, se arrincona interiormente. Lidiar. Es entender, satisfacer, armonizar nuestras necesidades más únicas. Y en esa autenticidad nos reconocemos y lo hacemos con los demás. Es estrechar lazos, conociéndonos y entendiéndonos, desde lo profundo de nuestro corazón. Todos pasamos infinitamente por instantes, tiempos abruptos, qué debemos y deberemos sortear. Es, estamos juntos en esto...y te entiendo, desde la armonía, fluir y dejar ir. Lo qué ya no