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LA DISCREPANCIA. Por Montse Cobas.


Tablas entre los que se afianzan,
mientras tanto, 
una lucha interna entre mente, corazón y entorno,
no es visible, pero si perceptible,
barreras colaterales imposibilitadas de la razón.

Una esencia, emoción tras emoción,
infinidad de ellas, 
que nos dicen callando,
incomprensibles ante la ignorancia,
quizás mutua.

Unos callan, otros miran, otros juzgan y otros sienten,
lo que el corazón y la mente dicen.
Y el entorno se embadurna...
de ahí tres portes.
Mezcla de sentimientos ambivalentes y nada claro.

Es la censura, es la emoción, es la verdad,
todo ordena y nada hace,
ante mezclas diferentes nada responde,
y es qué,
unos eligen, y otros tambien.
Lo que es en la razón son. 

Montse Cobas.

Pero, queda poco tiempo, todo se diluye...
quedando lo que tenga que quedar, lo que tenga que en verdad ser,
en base a las Leyes que ahora se implantan, lo hacen,
y crecen, no escritas en papel, pero si esencialmente,
sólo percibe, porque ya se siente en el ambiente,
llega, y nos toca, y con un gran fin, equiparar. En lo que en verdad a de ser.


Un acumulo,
Nobleza. Con todas sus formas equivalentes.
Qué no de la alta realeza. Hay más, de dónde provenimos.
Una diferencia ante el gran mundo expuesto.
Diferente al mundo donde nos ubicamos.
Qué no es, el único existente.
Y de ahí la diferencia, sentirse diferente,
qué no se entiende, qué no se encaja, formas no acordes a la presente,
y de ahí, no, relacionada.

Amor entre un Humano, y un Ser de Amor. Vivencias en el silencio.
¡Quizás!.

La discrepancia.

Y eso, es lo que habremos de aceptar. La diferencia entre otros mundos, subjetivos o no.

Por Montse Cobas.


Remonto a mi niñez, y recuerdo, qué ya habia algo que no encajaba, me sentía diferente, observaba, callaba, defendía ante la injusticia, aún con mi corta edad, disfrutaba en los ambientes en los cuales se emanaba amor, en esos pequeños espacios que se hacían entre la vecindad, la familia, las cortas amistades sinceras y aún lo hago, disfruto, cuándo percibo esa energía, sana, sutil, equilibrada, noble, tranquila, que dona todo buen sentimiento, y en el cuál se percibe, cariño y enseguida percibo, lo contrario, aún no sepa lo que es, lo siento.
Desde mi niñez, ya lo porto, una bebe que ya percibía mucho, sin ni tan siquiera hablar, pero mis ojos, siempre lo han hecho. La verdadera realidad.

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