Poco a poco nos vamos dando cuenta de nuestras situaciones, y heridas profundas del pasado reconociéndolas y algunos tomando acción para liberarlas y sanarlas, observando qué es una de las causas de lo que nos sucede afuera, ese dolor sentido, desconocido, y callado, en ocasiones se da exteriormente en forma de vivencias y sucesos que vivimos con un mismo trasfondo. Dar con la raíz y el dolor incrustado nos permite liberar, reconocer, perdonar y soltarla, regenerando sana la zona donde se ubicaba, admitiendo de una vez por todas lo originado en nuestra vida por esa causa, es un volver a empezar con, y desde la conciencia más profunda y amorosa por nosotros mismos. Es un primer paso después de otro y otro... Somos humanamente seres divinos impregnados por nuestra propia oscuridad originada por otros en muchos casos, por no ser sabedores de ella, perfectos dentro de nuestro desconocimiento teniendo que encontrar nuestro verdadero camino hallando el conocimiento propio a través de nu