Serás parte de mi, en la melancolía, del momento, te extraño ante la imposibilidad de verte en persona, ya no estás, te fuiste sin avisar, sin previo aviso, sin esperar, sólo sé qué el no poderte volver a ver, rememora el pasado, ese pasado, qué ya no está, sin embargo se recobra ante tu recuerdo, esos momentos de quietud de complicidad, de confianza, de diálogos externos y profundos, en los qué compartíamos, ese cariño de la niñez que se supera ahora en la madurez, distanciados en el tiempo por las circunstancias, por no pensar más allá, ahora sin esperar, nos recuerda, que fueron tiempos perdidos, qué siempre se pudieron recobrar, sin pensar, en lo de ahora, ya no estás, y entonces, sólo nos queda tu recuerdo, ese recuerdo, afable, lleno de quietud, pero a la vez de un inmenso amor, el qué, nos procesábamos sin pensar en ello, sólo lo teníamos, dándonos cuenta, que siempre estará, y está, ahora, en tu falta, es cuando observamos la realidad,
Entra en un mundo real. La otra realidad.