EL CASCABEL. Había una vez un corderito al que su amo le coloco un cascabel para saber en todo momento donde se encontraba. Se lo puso ya que era muy travieso e inquieto alejándose siempre de la pradería donde él lo dejaba con su madre para que ésta pastara. En un acto de hacerle entender, le regañaba "Un día seras buen manjar del lobo como sigas así" le decía. Cuando lo hacía, lo apartaba de su madre durante un tiempo para hacerle saber que no debía irse de su lado. Esto en vez de hacerle reaccionar le estimulaba a seguir buscando curiosidades por descubrir. Siempre era encontrado en el sitio más insólito. "No había manera". Cada día tenían que buscarlo fuera del lugar donde era dejado. Lo que no sabían ni él ni su amo, es que era observado desde hacia un tiempo por un viejo lobo del lugar. Esperando a que el corderito estuviera algo más relleno para que pudiera calmar su apetito durante días. La guía del lobo para poder localizarlo, era el sonido del cascabel d
Entra en un mundo real. La otra realidad.