La vida es un mar de oportunidades, de vivencias, conociéndolas y experimentándolas nos da pie a sentir a saber más sobre ella, el prójimo y de nosotros mismos.
A veces, hay que tener coraje para seguir.
No hay débiles o fuertes propiamente dicho, hay circunstancias adversas o buenas, sucesos y naturalezas conllevando a formas, esencias y forma de vida.
No todos pueden ni saben, requiriendo de apoyo durante toda su vida, pues todo lo vivido y experimentado junto nuestra forma de ser interna nos lleva a otras vivencias y circunstancias propias, a veces no llevadas todo lo bien que se debiera. Y de ahí la necesidad de fuerza, voluntad y constancia, entre otras disposiciones, necesitando lo dicho, pues no todos lo tienen, sobre todo en el principio de poder y necesidad de superar.
El juicio queda exento, no, se debe, sin embargo.
Cuántas veces se realiza.
Hay personas anómalas que ejercen perjudicialmente coartando e influenciando en la vida de otros, a veces, de por vida.
El daño muchas veces es exento para el qué lo realiza, en un principio, pero no para siempre, sin embargo para el que lo recibe, es de una forma o otra de por vida.
Necesidad de conocer para evitar y reparar.
Reparar abre muchas puertas, estimulando formas favorables para todo el conjunto, en este caso la Humanidad, a todos los niveles.
Siempre ser bendecidos. Con fuerza y buena voluntad, atrayendo y donando.
Siempre desde el Amor existente en ti.
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