El huracán qué llevamos dentro viene dado por infinidad de vientos a la deriva qué están agrupándose para salir, uno tras otro lleva a la completa decisión.
Vientos dulces, vientos amargos.
Todos tenemos, la cuestión cuales son los qué nos inundan más, cómo los disolvemos, cómo se traducen y para qué.
Sintiéndolos, eliminándolos, o expandiéndolos si es gratitud-bueno, examinando todo el complejo de qué es lo que sentimos ante qué, deduciendo, preguntando, solucionando y por último, determinando.
Y es qué al final, todo tiene una misma inercia, un mismo mecanismo a descubrir...solventar y aprender, ver.
Por Montse Cobas.
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