El Hombre y la Mujer han de aprender a convivir en paz, fuera rencillas y odios entre géneros, y se ha de realizar desde el entendimiento, acuerdos y necesidades sufragadas mutuamente, juntos, desde el amor, recobrando el amor, dejar que surja, qué fluya, respetándose a la par, cubriendo las necesidades de ambos, sí así lo desean, en cada casa, en cada pareja puede ser diferente, son los únicos que lo han de llevar bien en base a sus propios deseos y circunstancias, todas son diferentes, no se tiene ni se debe generalizar, ni decir o pensar que todos han de actuar igual, porque no todos somos iguales ni las circunstancias ni los deseos ni las prioridades son iguales a otros.
Y eso, se ha de respetar, fuera emociones, sentimientos nocivos, porque por muy bonito que se vea desde fuera, en todo y en todos hay un mayor o menor sacrificio, sólo hay que quererlo llevar en pos de algo mejor qué les recompensa mutuamente. Ellos únicamente lo saben. Dos.
Dicho esto.
Namasté.
Pensar si amáis al otr@, sí l@ aceptáis tal cómo es sino es una actitud o forma dañina, si estáis dispuestos a llevar la relación desde el sentimiento más profundo, desde el entendimiento y la bondad, qué es lo qué verdaderamente podéis hacer juntos, sin que suponga un gran sacrificio a no ser qué la situación lo requiera, si estáis dispuestos a afrontarlo, pensarlo y decidir, siempre hay que hacerlo, siendo el tiempo el que poco a poco nos lleva a tomar la decisión más certera, y el tiempo seguirá demostrando hasta cuán punto hemos acertado.
El intento y el querer en el tiempo, tiempo, sin serlo.
Por Montse Cobas.
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