Días de frío llegan,
con algún episodio de calor corto,
son las frecuencias armonizadoras, junto a las llamadas solares,
es lo qué nos toca vivir, primaveras, veranos y otoños en nuestro interior,
junto a un helor estremecedor qué congela, se derrite y fluye encontrando la paz del Ser.
Es la vivencia de la vida, junto a su ser superior, ese qué se halla, la Existencia de lo qué hubo, estuvo y es.
Ahora neutro, neutralizado, encontrando lo nuevo etérico.
Lo percibimos, pero probablemente pocos lo asimilan.
Por Montse Cobas T.
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