En estos momentos de bienestar supuesto, dónde la claridad mental sobresale por instantes, dónde vemos qué la libertad es coartada, sin conocimiento alguno, sólo ese qué nos quieren dar, prevaleciendo el nuestro, al unisono o no, estamos vigentes en qué la libertad es lo último que debería ser privada, salvo en motivos excepcionales, cómo los criminales que suponen un riesgo para otro sobre su vida con padecimiento y alevosía, lo nefasto de una sociedad a librar, nuestro derecho a decidir lo conveniente para nosotros asumiendo toda la responsabilidad qué nos corresponde, es un librar cada día con lo que se presupone, decir un adiós a nuestra plena libertad de elección es un sacrilegio, sólo la podemos encontrar realmente hiendo a nuestro interno y allí encontrar paz, serenidad para una mejor elección de lo qué debamos accionar, debería ser siempre, desde la verdad, real, esa qué se esconde y entonces el error no sólo se comete para quien acontece lo contrario, sino para el rest
Entra en un mundo real. La otra realidad.