EL AISLAMIENTO. El aislamiento mínima-mente forzado, sobre todo, el no entendimiento del prójimo, sus actitudes, comportamientos, más nos acerca a Dios, porque con ello, Somos observantes de quien realmente nos ama, con todo su significado, dentro de la realidad, de lo que verdaderamente es amar y no todos saben, entienden o pueden, es, sumamente amplio. Derivado por un sinfín de experiencias que nos determina a ello y no precisamente placenteras, pero al final, se entiende, se admite y se sigue. Vibramos dentro del amor y por consiguiente al son de Dios. Comos sus hijos que Somos, ante más desprotegidos, más nos arrulla, más nos hace saber que ésta, más nos acerca-acercamos a Él. Quizás sea el cometido, saber que no estamos desvalidos, que tenemos un origen, y a el volvemos. Namasté. Montse Cobas Teijeiro
Entra en un mundo real. La otra realidad.