EL DÍA SIGUE Y LA VIDA TAMBIÉN. Y mientras Rebeca, sentada en la cafetería cercana a su casa, tomaba un café, su pensamiento se inundo de reflexiones y recuerdos, dejándose ir, sorbito a sorbito de su café con leche, vio como Lorenzo un antiguo amigo, pasaba por delante de la cristalera, sentado en su coche con el ceño fruncido, serio y con el rostro, como siempre, de mal humor. Una vivencia ya olvidada, un hombre con el cual mantenía un secreto, un violador de la flor juvenil tan preciada por muchos varones, conseguida a la fuerza, enfermos según la sociedad, pero nada más lejos de la realidad, rastros egoístas y machistas que aún ha desgracia de muchas mujeres, persisten. Un secreto de antaño, lo vio pasar ya sin causarle daño, a sabiendas que era un pobre ser totalmente involucionado que era incapaz de dar amor y en ello sus resultados, por eso siempre se acercaba a las joven-citas con el fin de conseguir su fin, ahora ya pagando, seres que existen camuflados de bueno
Entra en un mundo real. La otra realidad.