Qué miedos más cobardes. Qué cobardía más extensa. Pobre quién los padezca. pobres quienes sufren sus consecuencias. Vitalidad, y vida, fortaleza, y elección. No es el poder de la lucha incansable, es persistir en la fortaleza, que da la serenidad ecuánime, para saber y poder seguir el camino, no siempre elegido, aunque cueste. Siempre hay más de uno, y elegimos el que podemos, acorde a nosotros, y a la situación que tengamos. Y, está, bien. Hay que seguir. Recordar, siempre en amor, empezando por uno mismo. Por Montserrat Cobas.
Entra en un mundo real. La otra realidad.