Me encanta la belleza de la vida, el paraíso subyacente, una rosa perfumada, un abrazo amoroso cierto! un anhelo cumplido, la caricia de la brisa, del viento, qué te comunica, con cariño, la confianza dada y agradecida, derivada y también donada, el bienestar absoluto en la tranquilidad y serenidad interna, el amor qué nos donan y damos, verdaderamente, esa esencia misericordiosa qué nos envuelve en determinados momentos, integrada, cuándo falta y recibes, y aún sin faltar también te viene, esa suerte de la existencia qué no es otra cosa qué lo qué has dado y sabe, el cantar, la sonrisa de un niño, la alegría y felicidad del otro, su bienestar, el percibir el calor de la Tierra cuándo estas helada, percibiendo lo venidero o lo existente. Es saberse en el todo, a sabiendas qué todo es, según se vive, y lo admites, e indagas la búsqueda del bien, no sólo para ti sino al unísono con el otro, el qué te acompaña de igual forma, desde y siempre el amor, recordándolo e integrándolo. Esa
Entra en un mundo real. La otra realidad.