Es en ese instante que percibimos la pesadez, cuándo nos damos cuenta de las circunstancias cercanas y lejanas, influidos por ellas, pues cada vez somos más parte de un todo integrado, borrando memorias de atrás, sentimientos lejanos y adversos incrustados en nosotros, remueve, afloja y suelta, sin resistencia, si existe se hace más pesado e incluso imposible, llegando cierto colapso, manifestado de más de una forma, dependiendo de lo que conlleve la persona desde el periodo mencionado, no liberado, por eso ser consciente, suelta, armarse de paciencia y serenidad, de valor para saber hacer lo mejor para cada uno, liberándonos de lo que llevamos desde hace tiempo, en un proceso arduo, complejo y no fácil, pero qué cada día se manifiesta en nosotros, dependiendo de los factores propios y externos. Son tiempos de grandes cambios manifestados, según el desarrollo y el saber hacer. Son días qué cuestan cuándo la luz es agazapada o tapada. Son días de un proceso. Todo lo es.