Es ahora en el otoño, dónde la música sinfónica sucede, en el cantar de los pájaros, el de los grillos que alarde y enaltece a la madre naturaleza, llena de inmensos colores naturales, exóticos y llamativos, es un tiempo en el qué el no tiempo, aparece, te olvidas, renaces, descubres, lo qué quizás nunca descubriste, es esperar sin esperar, ver sin ver, sólo se siente qué el medio, es. Una impregnación de colores en uno mismo, sintiendo su aroma, su luz qué irradia interiormente y externamente, es percibir qué todo es lo qué tiene qué ser, en su momento, en su época, con sus características presenciales, qué delatan y llaman, a simplemente, ser. En armonía, en estos momentos, en está época. Por Montse Cobas.