Las buenas personas han de tener cuidado con las relaciones qué establecen ya qué son ojo de mira de los contrarios a su energía, por las posibilidades qué creen tener para aprovecharse de la buena fe de qué disponen, de su buen corazón. Queriendo querer llevarlos a su terreno, corromperlos, engañándolos, manipulándolos e incitándoles a actuar cómo ellos. Las buenas personas han de ser objetivos y ver la trama de quien pudiera tener esa intención, evitándolos y sí llega el caso alejarse de ellos antes de qué les puedan perjudicar extremadamente. Las buenas personas han de saber dónde se meten y con quién, no todos son igual a ellos, aunque lo crean, cuándo se encuentran con las consecuencias de haber estado en contacto de las malas personas, es cuándo aprenden, pero lo hacen a través del padecimiento y la perdida, del descubrimiento muchas veces tardío trastornando fuertemente su vida y no solo eso, en muchos casos su salud y bienestar, todo en general, por eso detectarlo a tie
Entra en un mundo real. La otra realidad.