Juzgar a las personas incorrectamente es algo qué se hace muy a menudo, equivocaciones graves, qué tienen repercusiones no sólo para el juzgado sino también para el qué juzga. La inteligencia, la observación, la bondad, poner en tela de juicio lo qué se escucha de otro o lo qué se cree de él y la prudencia evita el hábito de juzgar de graves consecuencias en muchos casos. Hay mucho de por medio qué se desconoce de una persona por no decir todo en la mayoría de casos. Incluso las intenciones de los interlocutores, con informaciones falsas, qué no siempre son nobles. Entrar en ello para apoyarlo hace ser cómplices de los resultados. Arreglar y encaminar nuestra vida correctamente ha de ser nuestro mayor objetivo y reto, qué no es poco. Empecemos por nosotros y nuestra vida, por mejorarnos y mejorar, aprendiendo con las personas correctas desde el amor más completo, qué no es fácil, qué habremos, mediante la experiencia y el aprendizaje, descubrir y seleccionar. Un trayecto lar
Entra en un mundo real. La otra realidad.