Dibujo realizado por Montse Cobas. Los seres humanos somos los únicos en la naturaleza que ingerimos leche de otro animal y que, además, la seguimos tomando por muchos años posterior al periodo de lactancia. La leche animal y sus derivados se encuentran actualmente entre los alimentos de mayor consumo del mundo. Se habla inmensamente de sus propiedades nutritivas y lo imprescindibles que son para crecer sanos y fuertes así como también para evitar la artritis por su contenido en calcio. Pero, ¿es eso verdad o una vez más hemos sido engañados y más bien se trata de productos no precisamente saludables que causan muy diversas patologías? Si nos detenemos un poco a reflexionar, concluimos que la leche que produce cada especie mamífera es única y específicamente para su especie en sí y no para la de otra especie; cada animal tiene su propia estructura biofísica. Los nutrientes que la leche de vaca puede tener han sido creados de esa manera porque es lo que necesita su cría para desa
Entra en un mundo real. La otra realidad.