DIBUJAR UNA MIRADA.
Y después de dibujar una mirada,
esa que es fija y perpetua,
porque marca, queda en el tiempo,
en la esencia rememorando en cada recuerdo de ella,
deambula y aparece cuando no tienes prisa.
Y así la vida se hace inmensa,
eterna por un instante, nos habla y nos dice ese momento,
lo recuerda como un sello en una carta,
su procedencia y porque se dio.
Instantes...marcados en la gran esencia.
¡Ya!, para siempre.
Lo bello...siempre queda.
Por Montse Cobas.
La belleza de la vida, siempre es existente, en cada instante, en cada momento, vibra, hazlo en ello, así siempre aparece, siempre queda.
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