ETERNIDAD. HAY MUCHO MÁS.
Divina Raquel, mujer desdeñada, distanciada del mundo, debajo de un árbol se encontraba, en la cima de una montaña, en el pueblo escogido por ella, para evadirse, separarse de lo que nunca supo entender, enfadada con todo y con todos, ahí en esa vista, ese día, observaba las nubes, su movimiento, y el aleteo de las aves al volar, miraba, relajada, por fin relajada, pensaba, sin ver nada, solo el cielo, y lo que le inspiraba, una soledad elegida, no sabia relacionarse, no entendía al mundano, fijada por un instante en el pasado, su molestia con todo el entorno, solo se veía a ella, y ahora... entendió, que existía algo más, un mundo a sus pies, para relacionarse con él.
En silencio, vio, el desvío en un pasado y sus consecuencias, su persona sin más, causas, egoísmo ahora percatado, se abrumo en eso por instante, vergüenza y cargo de conciencia, pero... no es así, no era solo ella, hay ... mucho más, una vida en unidad, cada una de sus partes nos ofrece, y ahora, ahí en el montículo, con la brisa en su rostro, una caricia desmedida, nunca dada por alguien , sintió, compartió... que hay tanto... más, esencias, infinidad de ellas, miro al pasado por un instante y en el presente por una eternidad, vio que ésta existe, y esta en Nosotros. Infinitamente eterna.
Por Montse Cobas.
Comentarios