Cuerpos físicos,
materia innata,
que se corrompe y destruye,
sin embargo lo que somos se mantiene,
se aúna, y fortalece,
energía capacitada de memoria ancestrales,
con y en Dios, la Gran Esencia que nos permite la vida,
racional, e indeleble,
Somos únicos y fluidos cuándo dejamos el cuerpo,
todo se mantiene, todo fluye, desplazándonos por el camino existente,
transitado por la gran mayoría,
y entonces libres, vamos y vemos el paraje, Luz, que nos mantiene,
Luz a la que volvemos, y ahora,
absorbentes, benevolentes, ansiosos, a lo que todos aspiramos,
porque en el fondo, muy en el fondo, lo sabemos, lo sentimos, y así, buscamos,
eso que nos es propio, la Luz de la Existencia, Esa que hizo posible, el comienzo de toda vida,
la de Dios, el origen, nuestra Gran Semilla, materia intacta.
Sentirla, percibirla, sentir que es así, creer formando amplitud, y grandeza,
lograr el cometido de Dios.
Luz somos y a la Luz llegamos.
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