Todos en un momento dado hemos sido muy pobres. Venimos sin nada físico, y nos vamos igual, sólo permanece nuestro Espíritu, nuestra Alma, qué es nuestra mayor riqueza, cargada de nuestras experiencias, aprendizajes, y con lo que nos hemos determinando siendo.
Es así de cierto.
En cuanto a la pobreza material en vida, nacemos siempre pobres, y muy pobres en una vida, o en otra, vivimos todas las formas posibles, y determinantes a lo que somos y a lo que nos encontramos en nuestro entorno, o camino, de ahí la conveniencia de ser humildes, o muy humildes, porque todos, hemos o habremos de pasar por lo mismo, en un momento dado, es nuestra evolución equivalente, para seguir evolucionando en el máximo beneficio esencial. Somos y vivimos en base a nuestra naturaleza intrínseca, acorde a las secuencias y posibilidades de todo encuentro en el instante, y en como podemos reaccionar ante lo que se nos presenta.
Debemos saber, que no todos pueden reaccionar o hacer en determinada manera, pues existen dos células a nivel esencial, una caracterizada por el amor, y la bondad, y la otra dominada por la maldad y oscuridad, y en base a esta circunstancia, Somos y hacemos.
Y cada uno, en el fondo, muy en el fondo, lo sabemos, lo percibimos, y lo aceptamos, haciéndonos sentir, mejor o peor, son dos mundos totalmente opuestos, y contrapuestos, dos mundos, que tienen tendencia a la dualidad y a la separación, diferentes esencias, y por lo tanto diferentes mundos, diferentes caminos, elegidos.
Es momento de que se haga constancia la elección de milenios...
Y ahora se está ejerciendo su camino.
Por Montse Cobas.
Comentarios