Era una persona tan, incrédula, que creyó más lo que decían de otra que la propia evidencia, mientras tanto en su amargura del principio, la vida y el tiempo fue haciendo de las suyas, los demás orgullosos de su cometido, y él perdió una de las mayores posibilidades de conocer de su vida.
Conocer, lo que hubiera conocido y pocas veces se da, si se hubiera decidido, creído, y acompañado.
El incrédulo, aprendió que debía confiar, en quien se lo merece, y la otra persona, aprendió, lo mismo, pero sin dar confianza a quién no se la merece, pocos, muy pocos. Pecando el último de confianza, y creer en el otro en primera instancia.
Y estuvo bien.
Creer, confiar, pero observando.
Unos, por mucho, y otros por poco. Y en ello el descubrimiento.
El tiempo y la vida siempre tiene un fin. El que nos falta aprender, y necesitamos.
Un mundo en el cual venimos a aprender que no todo es lo adecuado, pero sí lo conveniente.
Por Montse Cobas.
"Cuentos con Mensaje",
autora Montse Cobas.
En el lateral derecho, lugares donde podéis conseguirlo, y cómo.
gracias.
Comentarios