El mundo se cierra a la diferencia, al conocimiento de la diferencia, y en esto crea, incomprensión, y no poderse adentrarse a ella que capacita a la superación, a poder avanzar en la conveniencia, que quizás no lo sea, porque se este increpado al fracaso, ya que aprender, poder ver, lleva consigo, un querer, una actitud, y un haber pasado por diversas vicisitudes que no son nada agradables.
El infierno, único, existente, es el que pasas aquí en la Tierra por malas formas, o por soportar malas formas, que te arrastran al sufrimiento, padecimiento y con el tiempo a la enfermedad destructiva del cuerpo físico.
Y este mismo infierno, es el que te abre los ojos, el que te hace reaccionar, y dices, esto no lo quiero, quiero salir de aquí, de esto, y haces todo lo posible por salir, aunque tengas que pasar por un infierno mayor, y este infierno, es el que te abre hacia La Luz existencial, La Luz del mundo infinito, el mundo de Dios, de toda creación, y buscas y te recreas, en todo lo que te pueda arraigar, llevar a superar, a mejorar, el estado en el cuál quedas, en éste transito, no es fácil, pero se puede, salir de un infierno, para encontrar, y estar en el cielo, aún el infierno este a la orilla del mismo cielo.
El poder de la voluntad, y de la creación, mediante tu actitud, y esencia que resurge de tu interior, buscando la inexistencia, que existe.
Por Montse Cobas.
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