Es un espacio, intrínseco,
en el que observas y recapacitas,
es, sencillo,
son historias,
infinidades que se dan,
en un mundo escondido,
el escondido en cada uno de nosotros,
aún la historia se de a dúo,
siempre es único, cada uno lo vive, lo siente de una manera,
especial, y benevolente.
Ves...
observas, y entiendes,
qué cuántos se amaron conjuntamente, afortunados.
Otros en silencio, y a solas,
y en ese silencio, observaron fielmente, a la persona amada,
los que pudieron verla.
Existiendo los qué no se lo pudieron permitir,
y en su falta,
aprendieron a vivir sin el ser amado, añorando, padeciendo...
y al final, perder el apego, la necesidad de vivir con la persona que amaban,
de sentir, en cada palabra, en cada contacto, en cada visión.
Aprendieron, a desapegarse, de quienes aman,
viviendo en su mundo único, y universal,
creando su propio universo, en el recuerdo y en la estancia.
Avanzando a solas por la vida, por la existencia,
con quienes sí estuvieron, haciendo historia, o una parte de ella,
de un mundo creado, participado, y extendido, creando, su propia leyenda.
En la falta.
Aprendiendo a ser felices, o infelices,
según el proceso evolutivo de cada uno.
Pero al final, todo es decisión, decisión propia de como hemos de querer,
sentir, y ser en nuestra vida,
creando nuestra propia crónica, en el amor, en la pasión por vivir.
Esperando, un momento, mejor, y siempre mejor,
y así, se crea.
Y por ultimo observas, qué los que vivieron para ser felices,
y conseguirlo,
aún de su circunstancia, sin el amor deseado, y en muchos casos martirizados,
qué son los más fuertes,
que son personas con un objetivo, único,
creados, y preparados, para un gran fin, pues aprendieron a vivir,
y a ser valientes, serenos, dentro de la carencia,
y así hallaron, su más fiel cometido, su más fiel historia,
que les decanta a un fin superior.
Hallados y encontrados, sellados, en el amor, más sólido,
haciéndoles firmes y consecuentes, sabiendo muy bien, lo que quieren.
Y por eso, escogidos.
Por Montse Cobas.
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