Y así como hoy el viento sopla, acercando mundos, sintiendo fondos, arremetiendo contra todo, así la vida, y el merecimiento, nos acarrea todas las consecuencias, esas, que para bien, o para no tan bien, igual, una vez hicimos. La cuestión, es no tener que arrepentirse, porque hiciste bien, e hiciste lo mejor, en base al suceso espontaneo, o creado en un momento de nuestra vida. La vida es larga, y en ella todo puede haber, yo, me procuro hacer bien, y así recibo y siento bien en mi estadio más interno. Siendo Yo el espectador de mi mundo y hechos. En él no hay instante para el arrepentimiento, porque no hay motivo para ello, los demás... es su momento, son sus etapas, es su vida, si se metieron en algo que no les incumbía, o hicieron algo dañino, de ello recibirán. Y muy internamente, su espectador continuo. Así, es todo. Merecimiento, o no tan merecimiento, merecer, lo factible. Por Montse Cobas.
Entra en un mundo real. La otra realidad.