La verdadera y buena sanación, mejoría de las enfermedades, no se trata tan solo de un buen sanador, buena terapia, y correspondiente a las características y necesidades del paciente, siendo estas, ejercicios, necesarios, para corregir malas posturas o afianzamientos correspondientes a una estructura anómala del esqueleto por ejemplo, sino el querer sanarse, obrando en consecuencia, voluntad, y constancia en todos los gestos - actos a realizar para hacer real, la curación o mejora substancial de la calidad de vida consolidando cambio de ambientes conflictivos, de actitudes propias hacia la vida, y el entorno, sabiendo escoger, y escogiendo lo que nos beneficia, y ayuda a cuidarnos, descartando, y alejándonos o evitando lo que nos perjudica.
Es cambiar nuestra vida en base a nuestras circunstancias y dolencias físicas o psicológicas, sabiendo que un malestar emocional o físico, dolor, contractura, ansiedad... es un aviso de que hay algo que no nos esta ayudando, beneficiando a avanzar en nuestra vida, sino todo lo contrario, con lo que hay que atenderlo para poder solventar su origen, y con ello solucionar su consecuencia, qué es el malestar, la dolencia, la inquietud, y si llegamos a tiempo, atendemos a tiempo, la enfermedad, sabiendo que siempre se puede mejorar una enfermedad, qué no siempre curar, si es atendida en estadios terminales, cuándo el órgano, ya esta muy dañado, o muerta su capacidad, pero sí se puede estar mejor, vivir bien, aún con ella, frenar el deterioro rápido por ésta si se diera, dependiendo, de la persona, pues cada uno es un mundo infinito de posibilidades, correspondientes, a su fuerza interior, su voluntad, su poder, su entorno, su circunstancia, y a lo que aspira para ella, y en su vida, teniendo en cuenta que nada es fácil, que todo es querer, y voluntad, hasta el último momento. Eligiendo, accionando, y obrando en consecuencia.
Y así es.
Es un conjunto de terapias, actitudes, y formas a realizar para hallar la sanación.
Teniendo en cuenta que los tratamientos, y profesionales médicos tradicionales, son necesarios, para verificar, dolencias, para sobrellevar procesos de dolor fuertes por ejemplo, y para ayudar al organismo a metabolizar o suplantar lo que este, ya no puede hacer por si mismo, en base a la enfermedad crónica instaurada.
Terapia de Luz, limpiamos el Alma, nuestra energía deteriorada, contaminada, facilitando el proceso de curación, o logrando un mayor bienestar en nuestro día a día, regenerando y dando pie a realizar lo, lo que aún se este a tiempo de regenerar, y pueda del cuerpo físico.
Namasté.
Información en base a mi experiencia en la técnica utilizada por mi. Don natural, y enseñada por Seres de Luz.
También decir que estamos en un tiempo en que las circunstancias exteriores y que no podemos dominar, la contaminación por todos los bandos, dificultan siempre el proceso de sanación, pero, cómo ya dije todo depende de nuestra fuerza, voluntad, y estar informados, bien, para poder obtener el mejor resultado, se trata de superar de la mejor forma posible, los tiempos que nos ha tocado vivir, espacio, y nunca mejor dicho.
Hay muchos más factores no nombrados aquí, que no nos benefician, lo único que lo hace, es nuestro poder de elección, y información certera.
Yo me amo, Yo me cuido, Yo sano.
Por Montserrat Cobas.
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