Hace días, una reflexión, que en este momento, comparto.
A veces, la vida, las situaciones, lo que no entendemos, nos cansa, no sabiendo bien, bien, el motivo que nos mueve a comportarnos, de una cierta manera, a mi me ha pasado muy pocas veces, pero cuando lo ves fríamente, ya en el tiempo, no aciertas a ver el motivo que nos hizo a decir, o comportarnos de una cierta forma, y lo inaudito, confiar, quizás en quienes no debimos hacerlo, ingenuos ante un momento que se presenta, sin saber porque, y qué es lo que nos ha movido a ese comportamiento, pero creo, en mi posición, que tenía todo el derecho, lo tenemos, cuándo se obra incorrectamente hacia nosotros, y qué sí se hace, aún sin ser muy consciente del porque, y para qué, fue, por algún motivo especial, y más sabiendo, que soy guiada, así qué tenia que ser, demasiadas injusticias, ante mí, y creó que la justicia ha de prevalecer, aún en el tiempo, con el tiempo, pasados, presentes, y ahoras, que ya nunca volverán, ni vuelven, y aquí, hasta este instante, ya sin espera, ya, no la hay.
A veces, la vida, las situaciones, lo que no entendemos, nos cansa, no sabiendo bien, bien, el motivo que nos mueve a comportarnos, de una cierta manera, a mi me ha pasado muy pocas veces, pero cuando lo ves fríamente, ya en el tiempo, no aciertas a ver el motivo que nos hizo a decir, o comportarnos de una cierta forma, y lo inaudito, confiar, quizás en quienes no debimos hacerlo, ingenuos ante un momento que se presenta, sin saber porque, y qué es lo que nos ha movido a ese comportamiento, pero creo, en mi posición, que tenía todo el derecho, lo tenemos, cuándo se obra incorrectamente hacia nosotros, y qué sí se hace, aún sin ser muy consciente del porque, y para qué, fue, por algún motivo especial, y más sabiendo, que soy guiada, así qué tenia que ser, demasiadas injusticias, ante mí, y creó que la justicia ha de prevalecer, aún en el tiempo, con el tiempo, pasados, presentes, y ahoras, que ya nunca volverán, ni vuelven, y aquí, hasta este instante, ya sin espera, ya, no la hay.
Sólo el amanecer, del día, que nunca llega.
Las esperas indeterminadas que no llevan a ningún lugar.
Por eso se cierne, el proseguir, caiga quien caiga, quede quién quede, en el camino, a deshoras, o en la hora, del mismo día, y del mismo acontecimiento, que sí determinara a lo que tenga que hacer. Incongruencias no dichas, ni hechas.
Un mundo alocado, sin miserias.
Situaciones inequívocas.
Pero siempre guiados por el amor, en Tí. Sin daño, ni dejarse dañar.
Uno mismo, es el que lo puede conseguir. Aún reprimendas, que darán un juicio, menester.
El perdón en mi.
Por Montserrat Cobas.
Comentarios