Y estar contigo con el pensamiento,
es tan solo un momento,
momentos, infinidad, recíprocos, o, no,
en el cuál sentimos el sentimiento que nos invade,
percibimos, que es lo único, que tenemos, y que ahí se comparte,
un recuerdo, una esencia, una presencia.
Sentimientos que no se buscan, ni tan siquiera, el pensamiento,
es un gran enigma lo que une una persona a otra,
lo desacerbado del enamoramiento, del recuerdo que nos marca.
Apareciendo sin más. Desconociendo, aún parezca que se sabe todo,
y, nada más lejos de la realidad,
esa sensibilidad, esa energía, qué nos traspasa, que se mueve,
y, amilana, nuestro ser, sin saber porqué, apremia,
y inquebrantable, debemos sentir, que así, surge, así se halla.
Sin embargo, si no se media, hay que aprender a dejar ir.
Sé, aprende.
Por Montserrat Cobas.
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