Cuándo observas,
qué toda circunstancia, suceso adverso,
nos impregna de tal forma, que nos inunda,
que una vez hecho,
no es tan fácil, recuperarse,
qué los miedos aparecen, cuándo menos te lo esperas,
y en la distancia, del tiempo, vas superando, sí, así quieres,
sin embargo, ante la chispa que se repite, aúna,
aparece la esencia de lo vivido, la percibimos,
aparece la esencia de lo vivido, la percibimos,
sin embargo, nosotros, nos hemos propuesto seguir hacia delante,
sin ninguna intención de dar marcha atrás,
a saltar, pasar por el obstáculo,
y lo hace en forma de sombra que aparece,
una sombra, que rememora, disminuido, lo existido,
sin embargo, en nuestra fuerza, y voluntad,
está el éxito,
el éxito, de llegar, dónde tu quieras,
con, o, sin sombra, la cuestión, es liberarla, dejarla atrás,
viendo tan solo claridad, acercándonos, a todo,
lo que nos la done, y, entonces, ves,
que todo lo ficticio, desaparece, eligiendo tu camino,
está en nuestra mano conseguirlo,
sabiendo lo queremos, y hiendo hacia nuestro propósito,
en las formas que establezcamos, sólo Nosotros, podemos,
eligiendo lo deseado, y qué necesitamos,
queremos y nos afianzamos, apartando del camino, apartándonos,
de todo lo que no sea cierto, ni libre, ni limpio, elegimos.
Ahí, es, dónde nos ubicamos, y, así, nos lleva.
Renacemos.
Sabemos, lo que queremos, y de qué forma.
Es, un trayecto.
Sabemos, lo que queremos, y de qué forma.
Es, un trayecto.
Por Montse Cobas.
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