A veces, pensamos,
y sin pensar.
Escuchamos.
Nos escuchamos,
y entonces hallamos, sin más,
lo intrínseco,
esa comunicación, interna con nuestro Yo,
en el silencio.
Nos aventajamos, nos adelantamos,
a lo qué es verdad.
Y en ese silencio, y su voluptuosidad,
percibimos esencias nuestras,
qué de otra forma, ni las sentimos,
hallamos, paz, hallamos serenidad, y congruencia,
esa congruencia que nos falta, sumergidos en el ruido,
ruido, que emerge de las dificultades, del acumulo de situaciones,
y obligaciones, trabajo, y entonces,
en ese espacio fraccionado, ocasionado, por nosotros mismos,
hallamos.
Montse Cobas.
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