Y en estos los silencios individuales de uno, del Alma, sintiéndome Uno, percibiendo el silencio subsanado por la música escogida, por los pensamientos aislados, de nuestro reconocimiento, de nuestra situación o situaciones, nos sentimos perdidos, en ellos, aislados de todo gentío, observando, sintiendo, inclinados por tiempos al análisis, intentando comprender.
Pero, no hay comprensión que valga, para comprender hace falta alguien o algo más, o muchos más que den pie a esclarecer, sentir lo que estamos viviendo y porqué, sacando conclusiones y haciéndonos ver, lo existente.
¿Qué es lo existente?
Tanto. Y nada.
Los momentos, instantes, cuándo observamos callados, con poco ruido o ninguno, tan sólo el que nosotros escojamos, música que se entrelaza a nuestros pensamientos, emociones, sentimientos, se disipan en la esencia, esa que todo lo que recoge, todo lo siente, todo lo percibe, y desde ahí vamos, y viene, todo viene en compañía de lo que somos, aislados en el silencio sobrenatural que todo lo percibe, mensajes desde allá el Universo, sin ser mensajes muchas veces, tan sólo aglomerados de situaciones, respuestas a ellos, esencias simplemente, nunca estamos solos, y sí actuamos, pensamos positivo desde el amor, sumamos en el haber, sí es lo contrario, en el debe, doblado, porque se dobla, silencios que me dicen, tranquila!.
Todo llega, todo se busca instantáneamente, todo se halla.
Y en Paz me encuentro.
Es, lo que la música escogida, mis emociones, mis pensamientos, el Universo, se plasma en, y desde mi.
Desde el silencio.
Por Montse Cobas.
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