A veces, no sabemos cual es el destino,
cuál es el propósito.
Sentimientos desafortunados que deambulan,
los sentimos, y los dejamos ir,
es la vida, la existencia, la que nos lleva a la deriva,
hacia un lugar ignorado,
imaginamos cuentos de hadas,
que todo nos ira bien, perfecto, llenos de satisfacción,
pero, nada más lejos de la realidad,
nosotros hemos de hacerlos bien, sentirlo bien,
y asentarnos en el buen sentimiento,
en la buena emoción, dejando fluir la que nos aminora,
es la vida, la existencia, llena de emociones,
esas que surgen desde lo más adentro.
Es, sin más.
Una existencia llena de sucesos,
de personas, conocidas o no.
Infinidad de propósitos en un segundo,
infinidad de circunstancias en un instante,
una mezcla, tal, qué es casi como una lotería.
Es, la vida, nuestra existencia, esa,
que no sabemos hilvanar hasta que nos llega hacerlo,
no hay quietud, todo es movimiento, aunque,
nosotros nos mantengamos quietos, todo sigue,
y en esa actividad dentro de ese momento, todo revolotea,
todo se mueve, todo tiene una finalidad,
y en esa circulación, queramos, o no,
nos influye para llegar ahí dónde tengamos qué llegar.
Hoy dejo salir, dejo sentir, ante mi vida, mi existencia. Incógnita.
Montse Cobas.
Volver a empezar no es fácil, y más cuándo hay infinidad de sucesos, circunstancias, emociones, sentimientos que nos definen.
Pero, hay que seguir.
Sigamos.
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