A veces nos pasan desapercibidas ciertas personas, seres, lugares, no los vemos, o nos cuesta verlos, incluso en un momento dado por una cierta carga magnética de atracción, nos podemos aferrar y seguir aquello que nos cuesta ver, cuando en esta situación ya nos esta diciendo, ¡ojo! Cuidado. Hasta qué al final empezamos a observar el porqué de lo que ocurria. Con el tiempo las personas se rigen y obran cambios en base a lo que se ha aferrado intrínsecamente, sentimientos nobles o no, actos de igual forma, cambiando la naturaleza que pudo tener años atrás a contrario, y ahí es donde se ve o no se ve la gran diferencia y el porqué. Depende de cómo y desde donde , el verdadero sentimiento, nos definamos. Eso, nos puede acercar o alejar. De una persona, de una circunstancia, de un suceso. Incluso, de una dimensión a otra. Y cuándo ocurre lo dicho, pueden aparecer algunas respuestas con el tiempo a preguntas realizadas desde atrás, por lo enigmática de la situación. A veces la e
Entra en un mundo real. La otra realidad.