Quizás no puedas entender al otro. Quizás, se te escapen momentos, formas, y reclamos. Sin embargo, no esperes a cometer un error el cuál te puede suponer toda una vida, una vida diferente, a lo que podría haber sido con aquel que te ama, reconociéndolo y entendiéndolo, porqué para cuando te puedas dar cuenta, en el futuro, ya no habrá vuelta atrás. Viviendo con lo manifestado. Todo es manifestación de lo realizado o no realizado, por callar o hablar, por sentir verdaderamente o privarse, quizás la manifestación del ahora, persista, desde, y para siempre, quién sabe. Sólo la realidad nos abrirá al reconocimiento, y a la privación de lo no manifestado. Reconocer, es de valientes. Y con la valentía se resurge, se entiende, y se manifiesta, aquello, que no existiere, sin embargo, se quiere. Namasté, Compañeros de vida, aún en la lejanía o no lejanía. Siempre somos en la verdad. Nuestra Verdad con mayúsculas. Siempre la hay.
Entra en un mundo real. La otra realidad.