A veces.
No sabemos el porqué de nuestra tristeza,
el porqué de nuestro dolor,
incluso ante estas circunstancias, nos negamos a sentirnos así,
cuándo lo que nuestro ser, nuestro interior, lo qué necesita,
simplemente, es sentir, eso mismo, porqué,
en algún instante hemos removido vivencias, emociones, qué,
debemos depurar, limpiar, sanar o liberar.
Así, qué, una vez sabemos que estamos bien, y sentimos,
dejemos-nos sentir, y digamos adiós a cada segundo de ese fluir.
Sabiendo, qué hay tanto a lo que decir adiós desde muchas existencias,
que muchos adioses deberemos decir, armándonos de condolencia,
por nosotros mismos.
Es, decir adiós en la infinidad de éstas,
abriéndonos a otra nueva.
La existencia, en el aquí y ahora.
Por Montse Cobas.
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