Digerir.
Al igual que digerimos los alimentos, lo qué tomamos, normalmente bien, tenemos que digerir nuestras emociones, frustraciones y los sucesos que se pudieran dar desagradables en nuestro entorno. Cosa nada fácil, debiendo superar lo qué nos invada para poder salir adelante, es casi tan importante cómo nuestra alimentación.
Siendo más afectadas el sexo femenino, por diversas circunstancias, entre ellas de tipo hormonal, emocional y físicas.
Por muchos libros qué leamos o consultas a terapeutas especializados, el trabajo y el querer a de salir de la propia persona, requiriendo de mucha voluntad, constancia y saber hacer.
Ni qué decir tiene que también hay hombres qué se pueden encontrar en tal situación, pero por su propia naturaleza, es más difícil que caigan en depresiones o ansiedad acusada, qué puede darse también requiriendo de lo mismo para salir de un estado emocional qué repercute a la salud física al igual qué en el caso de la mujer.
Aunque la tendencia, ante parecidas circunstancias, de un hombre y una mujer, es a reaccionar bastante diferente, salvo algunos casos.
La mujer irradia el cuerpo emocional, hacia dentro, y el hombre hacia fuera, nada favorable, ni en un caso ni en el otro.
Entonces, qué hacer para digerir, situaciones no afines a nuestros deseos e incluso posibilidades, e, aquí, la cuestión.
Difícil, cómo ya dije arriba.
Se necesita de mucha fuerza, voluntad y constancia en el tiempo para digerir y superar todos nuestros sucesos no acordes a nuestra voluntad o deseos.
Saber, y accionar desde el amor, para en vez de perjudicarse uno mismo o a otro, lo qué se logre es la superación constante en el tiempo.
Reconocer y saber. Entendiendo.
Por Montse Cobas.
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