Aferrarse a la vida, es, tan intrínseco,
qué no se ve,
es sentir la vida desde la existencia,
querer persistir desde el dolor para mejorar,
pensar que todo tiene una solución, y así será,
es, percibir, que existen tantos estilos de vidas,
siempre respetables,
dentro de la serenidad y el amor que somos,
cómo seres que sentimos, amamos, y... sobre todo vivimos.
Aferrarse a la vida, es hacer lo máximo para seguir aquí ahora,
superándose a todas las circunstancias habidas y por haber,
siempre queriendo mejorar, todo. Todo lo mejorable.
Aferrarse a la vida es estar ahora aquí y no desistir de estar,
porque amamos.
Simplemente, eso.
Simplemente hay tanto hermoso en la vida física, qué poco atribuible y percibido, qué esa belleza te lleva a percibir desde lo más intrínseco otra sensación sutil perfecta no tomada en cuenta, sin embargo está, cuándo la sientes sólo por observar esa belleza te aferras a está vida, todo va unido desde está percepción.
Lo prodigioso de vivir es.
Nadie está sólo si lo sabes ver. Aunque a veces nos sintamos así, pero son las mismas personas junto con nuestro interno que no sabe transmutar o sentir la perfecta realidad la que nos hace llegar a ese punto del sentimiento de soledad no disfrutando de la unidad que somos. Perfecta.
Por Montse Cobas.
Muy buenos días, en paz y bondad, abriéndose a la consciencia y al entendimiento.
Namasté.
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