Cuándo ves el mundo sucumbir en las entrañas,
observamos cuán unido está todo.
Esa liviandad supuesta..
No es tal,
pues el todo está inmerso en un todo substancial,
esé qué no se ve pero existe.
Es, fluir con tan severidad que uno no se da cuenta,
hasta qué la conciencia del cuerpo físico emana y sucumbe al deterioro.
Entonces, podemos darnos cuenta de cuán unido está todo,
tan cerca, tan lejano, así mismo...
Cómo nosotros mismos.
Por Montse Cobas.
Ápices perfilados en la igualdad unidos al unisono.
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