El Aroma de una flor. Tú la eres, sólo se basa en tu aroma esencial, ese que se expide, se nota en cada palabra, en cada acto, incluso sin hacer, decir nada, simplemente es sensitivo, se observa, se inhala y se impregna dentro del otro, dotándole de gratas sensaciones, esas que inundan el Alma, despiertan el Corazón y nos hacen sentir mucho mejor, porqué te descubre la posibilidad de algo más abrupto que el propio ser humano, las características propias, del trasfondo que hay detrás de Él, su Espiritualidad de dónde todos procedemos, o al menos la mayoría, y así somos sublimes. Hace de ese momento o instante de compartir, sublime. Por Montse Cobas. Recordemos, el Amor.
Entra en un mundo real. La otra realidad.