En un lejano país de Oriente Medio, vivía un muchacho el cual trabajaba como director de una multinacional, era jovial, responsable y trabajador, con grandes conocimientos de la vida. Muchos de sus compañeros y amigos se quedaban asombrados a la hora de oírle hablar y de pedirle consejo tras sus respuestas. Muy pocos sabían de su vida, por no decir prácticamente nadie, ya que de sus experiencias había aprendido, recibiendo duros golpes en su adolescencia y primera juventud. Por lo tanto a pesar de los pocos años que aún tenía, sabia muy bien lo que tenía que hacer y como debía reaccionar. Lo suyo le costo, pues tuvo épocas de todo, más bien malas que buenas, pero ahora había logrado estabilizarse y hallar un puesto en la sociedad, sabiendo muy bien como actuar en cada situación. Pocas personas lograban engañarle, actuando con justicia y benevolencia en el momento y si era necesario no se lo pensaba dos veces, hacia manejo de la ley para hallar el respeto a las normas y al b
Entra en un mundo real. La otra realidad.