El 14 de febrero de 2011 podrá ser recordado como el día en que nos libramos de una buena. En un acto supremo de ironía cósmica, en el día de los enamorados la sonda SDO ( Solar Dynamics Observatory ) de la NASA detectó una llamarada de clase X , la más potente de cuantas es capaz de emitir el Sol, que originó una tormenta electromagnética sin precedentes en mucho tiempo. Los astrónomos y los expertos en “meteorología solar” alertaron del peligro de que los potentes chorros de partículas que iban a impactar en cuestión de horas contra nuestra magnetosfera podrían dañar peligrosamente todo nuestro sistema tecnológico. Por suerte esta vez, la dirección del viento solar fue paralela a nuestro campo magnético, afectándolo tangencial-mente y originando impresionantes auroras boreales en las regiones árticas, pero poco más, salvo ciertas averías en los sistemas de comunicaciones de China . Desde hace un par de años, los astrónomos se están tomando muy en serio este asunto de las tor
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