EN ANTAÑO. En antaño camine por desiertos, faltos de agua, sin un arbusto donde agarrarme, tan solo al amor que da ser madre. Ahora, en este momento fluyo en la gran esencia y observo, que el tormento ya dejo de serlo, los silencios se llenaron de aromas de oro. Amarillos y blancos, los que da la Luz y su reflejo, esos que cuando los descubres llenan el alma, el espíritu y la vida. En antaño ya viajaba en su haz, los golpes presentados la tapaban, no asomaba. Ahora sé que fue para afianzarme más, observar toda su grandeza. Existe una relación. Cuando vives y somos capaces de ver y observar, nos delata. Nada pasa sin confirmación. Todo tiene una unión. Todo se explaya. Es el Universo y su fuerza. En él todo fluye sereno y acorde, y es su destino. Todo se transmuta y busca, soluciona. En antaño hubo paz y serenidad en la Madre Tierra, fluía serena. Ahora busca transmutarse en lo mismo. Duro y rudo es el camino. Tuvimos tiempo para recapacitar y no se hizo. Ahora llega el
Entra en un mundo real. La otra realidad.