Al dejarse guiar por otro o por otros cuándo no estas de acuerdo con ello, o no lo sientes, es permitir que dirijan y dominen tu vida.
Cada uno ha de hacer en base a sus convicciones, pensamientos, sentimientos, y lo que haya en su vida. En lo referente a está, nadie más lo sabe qué Uno. Procurando que sea en las Leyes del bien, y del respeto.
Al hacer caso de un juicio, de una critica, creerla, sin análisis propio, o de una decisión que no es nuestra, en muchas ocasiones, tan sólo se nos esta llevando al terreno del otro o a la obtención de un beneficio para él o ella, que normalmente no nos beneficia en absoluto, desconociendo su verdadero fin.
La libertad de ser uno mismo, y dirigir nuestra vida por el cauce deseado, con frecuencia nos lleva a la meta perseguida.
Si nos "equivocamos" hemos de hacerlo nosotros, no, por seguir el gusto , o la opinión de otro. Se padece menos y se aprende más. El aprendizaje de dejarse guiar y no interponer nuestra autoridad por lo deseado o por lo que creemos, es qué nunca volveremos a dejar que lo hagan, en caso de una gran equivocación o perjuicio, volviendo a encauzar nuestra vida aún a pesar de los años, pues si una situación, o una circunstancia se ha de dar, se dará.
Hay caminos que están ahí, para llegar a ellos, aún nos hayamos entretenido en otros parajes, que siempre nos llevan al conocimiento propio y ajeno.
A lo que debemos llegar, porque esta escrito, porque es nuestra verdadera finalidad en la vida.
Amantes de la vida, con servicio propio, que muchas veces, ni tan siquiera tenemos un ápice de conocimiento de que llegaremos a él, y cuál sera.
Y a veces,
muchas veces, esa guía "equivocada" es la que nos deriva a conseguirlo.
Siempre, tiene un propósito.
El desconocimiento para llegar al conocimiento.
Por Montse Cobas.
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