En el funcionamiento del cuerpo energético, cualquiera de ellos, no hay violencia, puede haber formación, contaminación o alteración desde la materia madre, Luz. La Ley Universal, que permite la cohesión y permanencia de la existencia, en todo caso, acepta transmute en diversas formas, y funciones. Si por lo que sea hay un bloqueo que no proporciona, lo dicho, o hace correr el riesgo del fin de la existencia, simplemente lo reduce a nada con la muerte física del cuerpo y eliminación de lo que daña o puede dar prioridad al fin de la existencia de un cuerpo etéreo, incluyendo propiamente el del Universo, más protegido y con más rigidez en sus leyes para proteger dicha vida, liberando en dicho proceso la energía sana que exista. Alma. El Ser.
La Luz Divina, que siempre es de la que aporto conocimientos y menciono aquí, es el origen de toda vida, regenera, construye y purifica zonas energéticas dañadas o contaminadas, y con ello cuerpos deteriorados o en proceso de serlo, dependiendo del tiempo, y del campo energético en contra, o se destruyen transformándose, en otra materia diferente que da pie a la construcción y continuación de otros procesos, o cura, sana, revitaliza, creándose un campo áurico excepcional, que une y amplia en la misma forma. Vibración, cuerpo, y energía, uno solo, aunando, hiendo al igual y por igual.
Namasté.
De ahí la lucha energética, en paz, en silencio, entre lo correcto, vida, y lo incorrecto, violencia, muerte.
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