Quizás el conocimiento, no nos pertenezca,
pero sí la sabiduría, nos rodea, y nos integra,
cuándo así ha de hacerlo, en base a observaciones,
vidas,
percepciones, y sobre todo la experiencia,
esa que vida tras vida nos va marcando,
haciendo de nosotros, pleno conocimiento.
Entendimiento, y vida subyacente.
Quizás a muchos no interese,
pero, es la que hace que vayamos creciendo,
de diferente forma, unos en silencio,
otros expandiendo, y haciendo conocimiento,
para que se integren, vean, observen,
y puedan elegir con plena auto-ría.
Fijos, y sin querer dar marcha atrás,
pues saben bien su función, la función de la existencia,
la función del Cosmos,
qué siempre es la persistencia de la vida,
calidad de vida y energética, progreso, abundancia,
armonía, y felicidad propia desde lo más interno,
apaciguando todo lo inerte, disolviéndolo,
hasta su total disolución, siguiendo hacia delante.
Es un camino propio, ha elegir,
Luz, o oscuridad.
No quiero integrarme a ver la oscuridad,
pero, sí lo hago, es un vació, sin forma,
apaciguado, rozando, casi, a la inexistencia, sin progreso.
Sin embargo, la Luz, es alegría, es esperanza a lo mejor,
es creatividad, formando en la Luz, crecimiento puro,
es el sentimiento amor, que emerge desde lo más profundo.
El corazón palpita, se emociona, la reconoce...
Cuándo ahora voy, y me integro, observando, analizando, lo que así, es.
Por Montse Cobas.
Entender, comprender, no es fácil, no es grato, nos damos cuenta, de la diversidad, de formas, y ello no es muchas veces, agradable, porque aunque sean las convenientes, todas, en un baremo existencial, no todas son placenteras, de ver, lo que estás, nos dicen, y sobre todo, nos hacen sentir.
Luz, y Oscuridad...
Reconocerlas.
Poder ver.
La existencia.
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