En una determinada mañana, en la que el silencio sucumbía, sin embargo, la mirada intrínseca, dejaba ver la verdad, o por lo menos, una parte de esta. En silencio, allá quedaron ilusiones, otra vez. Descubriendo que lo que parecía, era diferente, había más, más gente. Y así ante el contento de una familia, de su felicidad, se descubría , lo que se había perdido, por una circunstancia anómala, que desvío todo el camino pensado. Haciendo de una historia otra, no proyectada, ni imaginada por aquel entonces. Y así se seguía observando. Que se estaba atada, pero, la cuerda, se fue aflojando, tan solo con decisiones, y deseos de tener una buena vida, aún no fuera la imaginada, y querida. Y así ante el contento de una familia, de su felicidad, se descubría , que el sueño que por un momento, se creyó posible, tan solo, fué, eso, un sueño. El deseo de tener una familia completa, nueva, y diferente, marcada por un gran amor, un amor, que se
Entra en un mundo real. La otra realidad.