Todo es una transformación, lenta, fluida, en mayor o menor medida, e incluso, grande, y hermosa sintiéndola así cuándo una vez lo estás viviendo, te das cuenta de lo que te supone, percibiendo un placer exquisito y sutil, serena, fluida, y lo mejor de todo, te gusta. Y entonces, te das cuenta del cambio, del trayecto, del momento, y de que has llegado a un fin, al fin de un estadio, aventurando a seguir en un gran, buen comienzo.
Y lo mejor de todo lo bien que te sientes, la belleza que se expande ante este momento. Qué paz, qué serenidad, qué estadio de reconocimiento. Y bueno.
Me gustaría que todos lo pudieran sentir, vivir, y acceder a él, por lo que ofrece, y hace emanar desde lo más profundo de uno, apacible, revitalizando, expandiendo desde el corazón, y por lo tanto sublime. Es una esencia, una comunicación con el todo, relaciona, y expande hacia él.
¿Y con qué función?.
Positiva, grata, beneficiosa. Seguro.
Es, un gran estado. Por eso me gustaría que todos, todos estuvierais en él, por lo que dona, por lo que comunica, y con quien...
Divino.
Sería la palabra.
Aunque exista un halo de nostalgia, emoción, qué aflora, y quizás, por qué así ha de ser, por una falta, un faltar, por un soltar, una vuelta a empezar, desde otra vertiente, desde otro aflore, desde otra forma de vida, más tuya, más nuestra, más factible para todos, siguiendo, ya, en ella.
El amor en Tí, el amor en Todos, el amor en Uno. Siendo, más de Uno y en Uno.
Namasté.
Montserrat Cobas.
https://www.youtube.com/watch?v=bBfCSqR5S8A
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